Resiliencia. Personas resilientes.

Hay un concepto en psicología para describir la resistencia y la superación de situaciones estresantes y adversas: RESILIENCIA.
Es un término que proviene de la ciencia de los materiales (ciencia que estudia la relación entre la estructura y las propiedades de los materiales) y se utiliza para designar la peculiar capacidad del acero para recuperar su forma al recibir golpes; por muy fuerte que se golpee o se presione, siempre vuelve a su forma original.
En psicología, por lo tanto, nos referimos a la resiliencia para definir nuestra capacidad de volver al estado de equilibrio mental o estado inicial ante situaciones de crisis o estresantes. Es una forma de resistencia mental, de capacidad de adaptación a las adversidades.
Las personas resilientes son personas con la resistencia psíquica y la fortaleza necesaria para manejar con éxito los retos y las crisis, y que reaccionan con flexibilidad mental ante situaciones estresantes y ello hace que se recuperen con celeridad de estas situaciones o que se puedan acostumbrar a ellas con prontitud.
A ello hay que añadir, que según las investigaciones realizadas en el campo de la biología, se sabe que en las personas resilientes, el nivel de la hormona del estrés (cortisol) vuelve a descender con rapidez tras una situación adversa, y que los procesos inflamatorios del organismo son menores, así como la frecuencia de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Todo son ventajas. La pregunta es obvia: Que hay que hacer para aumentar nuestra resiliencia? La respuesta no es sencilla. Se ha discutido sobre si la resiliencia es un factor estable de nuestra personalidad, es decir si nacemos resilientes o nos hacemos resilientes; y si una vez adquirida la condición de “resiliente” esta se mantiene o no el resto de nuestra vida.

Los genes tienen mucho que ver con nuestra personalidad y con las condiciones para ser resiliente, pero también depende, la resiliencia, del ambiente, de nuestras vivencias y experiencias. De hecho se encuentran más fácilmente cualidades de resiliencia en personas que han vivido circunstancias adversas en su infancia temprana que en personas con menores experiencias difíciles. Ello significa que la resiliencia, nuestra capacidad para resistir, se puede desarrollar, se puede entrenar, al igual que muchas otras de las cualidades y capacidades del ser humano.


Si queremos desarrollar mayor resiliencia, debemos entender que ello no significará que vayamos a sufrir menos o que las situaciones de estrés no nos vayan a afectar, no vamos a ser inmunes al estrés. Lo que significará es que vamos a detectar y utilizar mejor nuestros recursos personales para abordar los problemas, que vamos a salir antes de ellos y que vamos a regresar a situaciones de equilibrio biológico más rápidamente, con el consiguiente incremento de nuestro bienestar y de nuestra salud (situaciones prolongadas de liberación de cortisol producen problemas musculares, endocrinológicos e inmunitarios). 

Las claves de la resilencia están en el estilo de vida y por ello está en nuestras manos el convertirnos o no en personas resilientes. Todos podemos entrenarnos en resiliencia cuidando los siguientes aspectos:
1 Flexibilidad cognitiva: habilidad para abordar los problemas con actitud positiva y optimista. Es importante saber reinterpretar nuestros propios pensamientos catastróficos.

2 Buscar un sentido a todas nuestras experiencias. Se trata de una orientación vital básica que nos ayuda a encontrar una explicación para las crisis y los golpes del destino.

3 Desarrollar relaciones sociales amplias y duraderas. Las relaciones sociales deben de ser el eje vertebrador de nuestro desarrollo vital.

4 Buscar ayuda en los demás.

5 Cuidar la forma física con la práctica frecuente de deporte, alimentación equilibrada y evitando el consumo de tabaco y alcohol.

6 Desarrollo y práctica diaria del sentido del humor.

7 Realizar actividades de relajación y respiración. Meditación, Yoga, Mindfulness.

 

El desarrollo de la resiliencia es un entrenamiento a largo plazo que requiere perseverancia y tiempo, con avances y retrocesos, y que se desarrolla, a veces, en circunstancias críticas. La búsqueda de la resiliencia es una carrera de fondo, es una forma de entender la vida que nos ayuda a saber manejar las situaciones críticas de forma saludable.