Ansiedad: emoción o trastorno

Qué es la ansiedad, una enfermedad?, una emoción?, un sentimiento?, una experiencia?, un rasgo de personalidad?, una manía?.

La respuesta estará en función de las consecuencias, los síntomas y cómo nos afecte a cada uno de nosotros.

La ansiedad como emoción es una reacción ante un peligro futuro, es una reacción anticipatoria ante una situación peligrosa y permite (provoca) un acceso masivo a la información amenazadora que tengamos en nuestra memoria que nos hace interpretar las situaciones ambiguas como situaciones peligrosas.

Como sentimiento y experiencia la ansiedad está vinculada a la angustia, a notarnos agobiados, apurados y con malestar generalizado.

En cuanto rasgo de personalidad, la ansiedad se refiere a aquellas personalidades con tendencia a preocuparse en exceso por cualquier cosa, por darle muchas vueltas a las situaciones vividas y por vivir y por tener un exceso de preocupación por todo lo que sucede a su alrededor. Son personas que centran su atención en las situaciones problemáticas y negativas y tienen cierto sesgo a interpretar las cosas por su lado  peligroso o negativo.

El problema surge cuando estas emociones, estas experiencias y sentimientos o estos rasgos de personalidad nos producen sufrimiento continuo y limitan nuestra desarrollo vital, generando problemas personales y sociales que pueden derivar en desequilibrios emocionales graves.  Estamos entonces ante un trastorno de ansiedad, un problema de salud que requiere de ayuda psicológica  y en ocasiones médica o ambas a la vez.

La ansiedad nos ataca y se manifiesta en nosotros de tres formas, que actúan conjunta o individualmente.

  • Manifestación subjetiva-cognitiva que nos produce preocupación excesiva, inquietud, aprensión, miedo e incluso obsesiones (pensamientos intrusivos).
  • Manifestación fisiológica y somática con una incremento de actividad del sistema nervioso autónomo que incrementa la frecuencia cardíaca (palpitaciones), la sudoración, la tensión muscular o provoca molestias estomacales, entre otras.
  • Manifestación conductual que tienen que ver con nuestra expresión facial, nuestra postura y una actitud de huida y escape, además de realizar conductas de evitación que muchas veces nos limitan en nuestra vida. (no coger una avión, no acudir a eventos sociales, no acceder a puestos de responsabilidad, no cuidar nuestra salud, no tener mascostas, etc….).  En ocasiones producen conductas que dificultan la convivencia diaria familiar, social o laboral.

Cuando una persona padece un trastorno (enfermedad) de esta naturaleza lo primero que se pregunta es porqué y cómo puedo “curarme”.  En cuanto al origen, es siempre multifactorial, influido por la personalidad del sujeto, las experiencias vividas, la forma de interpretar los acontecimientos, los miedos sufridos y otros elementos internos y externos que nos acontecen a cada uno. Siempre hay un elemento común que es la tendencia a la preocupación excesiva.

La posibilidad de curarse y de dejar atrás un trastorno de ansiedad depende también de múltiples factores, como son, las condiciones personales de cada uno en cuanto a motivación, posibilidades de acceso a recursos  terapéuticos y a asumir la necesidad de ayuda externa.

La terapia cognitivo conductual es una eficaz herramienta para superar la ansiedad en todas sus modalidades.  Los trastornos de ansiedad más frecuentes y que pueden ser solventados con una adecuada intervención individual son los siguientes:

 

  • Ataques de pánico, crisis de ansiedad.
  • Ansiedad generalizada ( no específica ).
  • Ansiedad social
  • Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
  • Fobias específicas ( volar, sangre, animales,…).
  • Trastorno de estrés postraumático.

 

Acudir a un profesional, a un psicólogo que sea especialista en intervenciones de ansiedad, puede marcar la diferencia entre una vida limitada o una vida más plena y de mejor calidad.

Suerte y mucho ánimo.