El mal comportamiento y las conductas desafiantes, por parte de los menores de edad, son problemas cada vez más habituales en muchas familias. Cada vez más hogares tienen problemas de conducta con niños, niñas y jóvenes, fracaso escolar, comportamiento agresivo, problemas de alimentación, desobediencia, adicción a las nuevas tecnologías y otros problemas de conducta graves en la adolescencia y en la juventud que pueden derivar en comportamientos violentos y delictivos.

 

Algunas conductas inadecuadas aparecen durante el desarrollo de manera natural y son propias, y necesarias, en determinadas edades. No obstante la generalización y el mantenimiento de determinadas conductas pueden significar la existencia de un trastorno del comportamiento.

conductas problemáticas

Las familias son las encargadas de transmitir las normas, los valores sociales y generar los vínculos emocionales. Todo ello resulta muy importante para el adecuado desarrollo de la persona. La calidad de las interacciones y los vínculos que se generan en el entorno familiar son determinantes en el progreso social y emocional de cada uno. De esta forma, es determinante en nuestro desarrollo el estilo educativo que damos a nuestros menores.

Por ello, en caso de duda respecto a la conducta del menor de edad o joven a su cargo, nuestra recomendación, es la de acudir a algún profesional del ámbito de la pedagogía o de la psicología.

 

Nuestra consulta realiza pruebas y evaluaciones para determinar si las conductas no deseadas se encuadran como trastornos de la conducta y en tal caso, tenemos propuestas de intervenciones terapéuticas, tanto con el propio sujeto, como con los familiares.

 

Las intervenciones con los niños, niñas y jóvenes están encaminadas a dotarles del necesario autocontrol emocional y de las suficientes habilidades sociales y las realizamos bajo un enfoque cognitivo-conductual. Con los padres, en formato “escuela de padres” realizamos intervenciones encaminadas a formarles y a apoyarles en la difícil tarea de la educación.