La ansiedad, propia de todas las edades, es una emoción que activa nuestro sistema nervioso autónomo ante estímulos que pueden suponer una amenaza. Es algo natural y bueno en algunas ocasiones ya que activa los recursos físicos de nuestro organismo ante situaciones difíciles.
La ansiedad se convierte en problema cuando es demasiado intensa y cuando aparece ante situaciones donde no hay motivo de alarma real y lo hace de forma anticipatoria y continuada en el tiempo.
La ansiedad no es algo abstracto, se concreta en tres componentes; uno es el relativo a lo que se piensa cuando se está asustado, otro son las respuestas emocionales y psicofisiológicas de nuestro organismo y el tercero tiene que ver con la tensión muscular y las acciones que realizamos cuando estamos ansiosos. Estos tres componentes actúan de forma conjunta para prepararnos ante lo que interpretamos como un peligro por llegar.