El fracaso escolar es un asunto de creciente preocupación en los países desarrollados al ser uno de los problemas más graves que sufren los sistemas educativos.
En el origen del fracaso escolar hay un complejo entramado de causas más o menos próximas a los estudiantes que lo protagonizan, como son el propio sistema educativo, los centros docentes, el clima en el aula, el ambiente familiar y el propio alumno/a.
En las familias, entre los padres y madres, saltan las alarmas cuando niños/as y jóvenes, sin limitaciones intelectuales, no superan los niveles de aprendizaje esperados.
Desde una perspectiva clínica, nuestra intervención persigue la generación de motivación académica, el desarrollo de hábitos de estudio y la formación de un correcto autoconcepto escolar y general.