El estrés es un factor muy común en nuestra sociedad actual en la cual prima la inmediatez, los resultados y las exigencias laborales, familiares y sociales. El estrés surge cuando un individuo experimenta una sobrecarga, es decir, cuando la persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que sobrecargan sus recursos.
A menudo las personas se ven superadas al tratar de cumplir con las demandas que se les exigen, esta sobrecarga puede influir en el bienestar tanto físico como psicológico y personal.
El estrés es un mecanismo biológico que es imprescindible para la vida, este no siempre tiene por qué ser malo, hace miles de años servía para la supervivencia alertando a nuestro cuerpo de una situación de peligro. En la actualidad, las adversidades de la vida son muy diferentes y las situaciones cotidianas o laborales nos llevan a activar ese mecanismo de estrés sin necesidad de que nuestra vida corra peligro.
Por tanto, el estrés sirve como estímulo a situaciones importantes para la persona afectada, sin embargo, empieza a ser perjudicial cuando esta activación se prolonga en el tiempo produciéndose un desgaste importante en el organismo.