El estrés es un factor muy común en nuestra sociedad actual en la cual prima la inmediatez, los resultados y las exigencias laborales, familiares y sociales. El estrés surge cuando un individuo experimenta una sobrecarga, es decir, cuando la persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que sobrecargan sus recursos.

 

A menudo las personas se ven superadas al tratar de cumplir con las demandas que se les exigen, esta sobrecarga puede influir en el bienestar tanto físico como psicológico y personal.

 

El estrés es un mecanismo biológico que es imprescindible para la vida, este no siempre tiene por qué ser malo, hace miles de años servía para la supervivencia alertando a nuestro cuerpo de una situación de peligro. En la actualidad, las adversidades de la vida son muy diferentes y las situaciones cotidianas o laborales nos llevan a activar ese mecanismo de estrés sin necesidad de que nuestra vida corra peligro.

 

Por tanto, el estrés sirve como estímulo a situaciones importantes para la persona afectada, sin embargo, empieza a ser perjudicial cuando esta activación se prolonga en el tiempo produciéndose un desgaste importante en el organismo.

estrés y gestión emocional

El estrés puede causar muchos síntomas, tanto físicos, como psicológicos y emocionales:

 

  • Dolor de cabeza. Es el tipo más frecuente, el más común es dolor de cabeza tensional, provocado por la tensión que ejercemos sobre la cabeza, la mandíbula y el cuello.
  • Mala memoria.
  • Problemas intestinales (diarrea o estreñimiento).
  • Falta de energía o de concentración.
  • Cambios de conducta.
  • Cambios de peso. Habitualmente generado por cambios de apetito, malos hábitos alimenticios y estilo de vida sedentario.
  • Cansancio constante o prolongado.
  • Problemas a nivel sexual.
  • Insomnio o exceso de sueño.

 

Estos son algunos de los síntomas provocados por el estrés prolongado, por ello, se vuelve necesario prevenir el exceso de este. Es beneficioso saber detectar este estrés y ver si se repite de forma innecesaria para poder frenarlo y evitar poner en riesgo la salud y el bienestar.